10- Se acelera la confrontación con China

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10- Se acelera la confrontación con China 

        China con una extensión de 9.6 millones de Km2 y una población de 1400 millones de personas es el país más poblado del mundo con 147 habitantes por Km2. Su economía ocupa el segundo lugar con un PIB cercano a los 15 billones de euros. Es el fabricante más grande del mundo, con una extensa producción de acero, electrónica y robótica, entre otros.

          Aunque la economía China representa el 18% del PIB mundial, el 25% del incremento del PIB de todo el mundo en 2021 fue gracias a China. Su rápido crecimiento la convierte en el gran motor del avance del producto global, por encima de EEUU y la Unión Europea.

          El desarrollo de China se inicia en final de los años 70 con el “socialismo con rasgos chinos” que pretendía en acelerar la transformación socialista del país aceptando el desarrollo capitalista en su interior con condiciones: aceptar la inversión extranjera en empresas mixtas con mayoría china, la transferencia tecnológica y el confinamiento en áreas espaciales de inversión.

          En los años 80-90 China proporciona a la Globalización una enorme fuerza productiva barata donde deslocalizar la producción con un mercado interno potencial inmenso.

          China comienza este proceso desarrollado sus infraestructuras energéticas y de transporte permitiendo la entrada de compañías internacionales. Ha venido creciendo en su PIB desde 1978 a un promedio del 10% cada año. Su programa de erradicación de la pobreza está cerca de alcanzar sus objetivos.

          En 2013 China propone la iniciativa de “la Franja y la Ruta” que, acatando los principios de la Carta de NNUU relativos a la Coexistencia Pacífica (respeto mutuo, no agresión, no injerencia y reciprocidad), promueve las inversiones en infraestructura en base a acuerdos bilaterales y multilaterales como los BRICS, OCS, ASEAN, TPP…, para desarrollar el comercio, el desarrollo económico mutuo y el intercambio cultural.

          Su extensión inicial se propuso en el dominio asiático hasta Europa, por el interior en ferrocarril y marítimo, a través del océano Índico. Con posterioridad se extendió a África y Latinoamérica.

          El peso específico chino en la economía mundial junto con su relación independiente con otros países de Asia, África y Latinoamérica y su determinación para desarrollar sus economías en términos recíprocos, fuera de las redes de sumisión occidental (EUA, OTAN, Japón, Australia) la convierten en una amenaza para la hegemonía capitalista mundial, en declive.

          Constantes campañas de propaganda tratan de desacreditar su poder político y exacerbar y amplificar sus conflictos internos, sin eludir la intervención directa en la generación de conflictos violentos (Sinkiang, Taiwan, Tibet, Hongkong), pretenden desestabilizar y descomponer el país.

          Estos intentos de desestabilizar China no son nuevos, la revolución de colores frustrada en los incidentes de la plaza de Tiananmén en 1989 son prueba de ello, pero se han intensificado en el último año.

          Varios factores han propiciado cambios en la dirección política de China conforme su papel ha ido siendo más preponderante en la economía mundial:

  • La desigualdad social interior generada, más allá de las políticas de reducción de la pobreza y de reequilibrio regional.
  • Grandes agentes del capitalismo chino aliados con fondos de inversión internacionales han generado burbujas inmobiliarias, así como intentos de determinados magnates por condicionar el poder político en China.
  • La presión para la desestabilización política de China impulsada desde el exterior, principalmente EUA, Reino Unido, Japón y Australia.
  • Las alianzas militares entre estos países contra China (Five Eyes, AUKUS), incluso la extensión de la OTAN hacia la región Indo-Pacífico.
  • La exacerbación del enfrentamiento entre China e India, más allá de los conflictos territoriales.

          Estos cambios se han materializado con el gobierno de Xi Jinping durante la última década en:

  • El reforzamiento del papel de Partido Comunista en la dirección política de China y su visibilizarían social.
  • Aun manteniendo el “Socialismo con rasgos chinos”, la priorización del primero reforzando las políticas de reequilibrio político y social en el país.
  • El reemplazo de dólar y productos derivados, tanto como divisa para los intercambios comerciales como de valor de reserva financiera por las monedas nacionales propias de las relaciones bilaterales: yuanes, rublos, euros, …
  • El fortalecimiento del Ejército Popular de Liberación Chino, desarrollando armamento moderno con tecnología propia.

          Las políticas de acoso a Rusia y a China han provocado su aproximación sucesiva. Desde 2014 mantienen una sólida asociación en los ámbitos político, militar y económico que garantiza:

  • Con acuerdos a largo plazo, el suministro de energía abundante, barata y no condicionada a presiones políticas de terceros,
  • La protección mutua estratégica, Rusia posee un arsenal nuclear equivalente al de la OTAN, 20 veces superior al de China. Esta suministra a Rusia tecnología solo disponible en los países occidentales que acosan a ambos, mientras Rusia le suministra a China la tecnología aeroespacial y naval que tardaría décadas en adquirir por sí misma.
  • La independencia en materia financiera facilitando el intercambio comercial en divisas propias. El desarrollo de medios de pago alternativos y la promoción de su uso por terceros países.
  • El liderazgo mundial en una transformación de las relaciones entre los países.

          Hoy no resulta posible destruir a China sin destruir a Rusia primero. En eso están.

 

Euskal Herriko Fronte AntiInperialista (E.H.F.A.I.)

Coordinadora Estatal Contra la OTAN y las Bases (C.E.C.O.B)

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