Comunicado para la concentración del 6 de julio
El Comité por la Paz de Tenerife toma la iniciativa de convocar esta concentración dentro de la campaña estatal de la Asamblea Contra las Guerras de la OTAN y el Genocidio en Palestina, bajo el título de "Que no nos arrastren a la guerra" y al mismo tiempo responder a la agresión fascista contra la sede del Sindicato de Inquilinas de Tenerife en San Isidro
y a la convocatoria fascista-racista en Santa Cruz para el día 6 de julio, siendo muy necesario poner en alerta y movilizar a la sociedad, confluyendo diversos colectivos y organizaciones, en una contraprogramación en La Laguna, ante lo que calificamos de muy grave por el carácter reaccionario de dicha convocatoria.
La UE y la OTAN han apostado por la vía militar al conflicto de Ucrania. El golpe de Estado de 2014, promovido por EEUU y la UE en Ucrania, encendió la guerra civil en ese país y buscando debilitar y acosar a Rusia desencadenó la invasión rusa de 2022. La OTAN y la UE usan al pueblo ucraniano como infantería en su guerra contra Rusia, cuya destrucción al estilo yugoslavo les daría acceso a muchos recursos y un gran mercado, pero Rusia no es Yugoslavia.
Por su parte, el gobierno español sigue a pies juntillas el guión marcado por la OTAN y la UE, sus gastos militares han subido a cifras escandalosas, desarrollando la política sostenida de propaganda bélica con la que nos están conduciendo, como obligados partícipes, hacia una nueva contienda militar mundial, que en las condiciones actuales, con el desarrollo del armamento nuclear, sería de unas proporciones espantosas.
En este marco, Sánchez y Zelenski firmaron un acuerdo que supone redoblar el suministro de armas a Ucrania, ahora por el valor de 1.129 millones de euros. Cabe añadir que en la votación del Congreso, del pasado 23 de mayo, se aprobó, con los votos a favor de PP, PSOE, Vox y Sumar, la suspensión del Tratado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa por el que se establecía una serie de limitaciones en la cantidad y tipo de armas que los países podían mantener: cantidad de carros de combate, piezas de artillería, aviones o helicópteros de ataque, etc.
Evidentemente, la “economía de guerra” con el desvío de ingentes cantidades de las riquezas creadas por nuestro trabajo a la promoción de las guerras, evita combatir debidamente la pobreza, así como, atender a los derechos sociales, mejorar los salarios, las pensiones, la educación, la sanidad pública, logrados con las luchas, la sangre y el sufrimiento de la población y ante lo que no podemos permanecer indiferentes. En definitiva, rearmar a los países lleva aparejado el recorte de los derechos humanos y se empieza por privatizar todo lo público, por eliminar derechos de la clase trabajadora, de las mujeres y de los colectivos más vulnerables.
¡Alto el fuego! La paz es la única solución. Mantener la paz y la seguridad en el mundo requiere desterrar el militarismo y apostar por el desarme nuclear, acabar con la carrera de armamentos y reducir drásticamente el gasto en defensa militar. Sin embargo en el escenario europeo se sigue una escalada planificada para, reforzando la política de bloques, potenciar el rearme y la militarización, con el consiguiente aumento del gasto militar de los estados y los ingentes beneficios de la industria armamentística liderada por EEUU. En este contexto el futuro de la paz en Europa y en el mundo pasa necesariamente por la seguridad compartida para todos sus pueblos y naciones.
El Comité por la Paz de Tenerife lanzó en febrero de 2023 un llamamiento a “construir aquí, desde abajo y desde ahora, un movimiento por la Paz de amplia base frente a la guerra de Ucrania, y todas las guerras, y sus consecuencias” que se sienten con toda crudeza en el Estado español y en todos los países del mundo, agravando la crisis preexistente: inflación galopante, incremento del paro, pérdida de poder adquisitivo, presupuestos de guerra, deterioro significativo de la sanidad, la educación y del resto de los servicios públicos, subidas de las hipotecas, mayor número de desahucios, graves daños en el medio ambiente y olvido interesado de la urgencia de medidas contra el cambio climático, movimientos migratorios masivos, supresión de derechos y libertades democráticas y auge del fascismo, entre otras tantas.
El fascismo, el viejo y el nuevo, principal enemigo de la democracia, se nutre del belicismo y la guerra que promueve el imperialismo en todo el mundo. Basan su estrategia en tener un “enemigo” que culpabilizan de todos sus males para lo que es necesario levantar fronteras o reforzar el colonialismo extractivista, cueste lo que cueste, aunque tengan que eliminar a todo un pueblo, como está ocurriendo en Palestina. Un fascismo que señala a colectivos sociales reclamando se les excluya de derechos. Un fascismo que intenta engañar con las luchas llevadas por el pueblo canario señalando a los más vulnerables como los responsables de todos los males. El fascismo que ataca los derechos de las mujeres, de los colectivos lgtbiq+ y de las personas migrantes. El fascismo que dicen denunciar “las mafias que promocionan la migración” pero que atacan a los migrantes más pobres y les etiquetan de ilegales.
Luchar por la paz es luchar por la democracia, es luchar contra el fascismo, es también combatir al imperialismo. Por todo ello nos debemos seguir movilizando sin parar, ya que solo la movilización masiva de los pueblos del mundo logrará conjurar todos los peligros.
¡Basta de racismo! ¡Ningún ser humano es ilegal!
¡No al ataque fascista contra el Sindicato de Inquilinas de Tenerife!
¡Contra el rearme militar y el comercio de armas con Israel!
¡Contra el genocidio en Palestina!
¡Gastos militares para fines sociales!
Comité por la Paz de Tenerife